No hay límite de edad para el buen sexo

Laura conocía la voz y ni tan siquiera miró cara arriba. 2 tragos grandes y su coctel singular estaba terminado. Miró a su alrededor y vio casi todos los ojos de su cuerpo. Podían ver su cuerpo y aunque no lo sabían, terminaban de presenciar de qué forma se vejaba por Donna.