Resumiendo, las dimensiones de la conciencia individual son, 1. En el plano horizontal, la superficie, la que se extiende por todos sus lados y se puede representar con un círculo, susceptible de ser alimentada con elementos tanto del mundo circundante como del planeta interior. 2. En el plano vertical, profundidad y altura, la cual se refiere a las cualidades de la conciencia de penetrar hondo, en lo profundo, en el mundo de lo inconsciente y de ascender cara lo alto, hacia lo trascendente, en el planeta del espíritu; y 3. La dimensión de consistencia, la que se refiere a la cualidad de la conciencia que, en un grado alto, no se rompe ni se deforma con sencillez. En ese grado los razonamientos y las ideas que forman de la conciencia no pueden refutarse fácilmente. Por ello, los sexólogos recomendamos no empezar la penetración hasta que la mujer haya sentido al menos un clímax y, preferiblemente, varios, para que la retribución sexual del acto, como un todo, compense esa apatía final del varón (Fernández, 2009).

Un bazucazo que no me sentó mal

La realidad es que prácticamente todo en nosotros acepta un mudra, hasta la piel. Al expresar lo que somos, el rostro, la mirada, las manos, hombros, el cuerpo y su postura, los gestos muestran nuestra actitud al otro y deben ser congruentes con lo que va por la parte interior y la pretensión que tenemos. Es fundamental que se llegue a este mundo con una relación de pareja muy sólida, donde el amor y la confianza sean nudos realmente fuertes, no es un camino para salvar matrimonios o arreglar relaciones fragmentadas, meditar esto es muy peligroso y casi una sentencia de muerte. Ya lo decía Jesús el de la web: mi madre y mis hermanos son aquellos que hacen la voluntad del Padre, o sea, mi madre y mis hermanos no son conceptos sino aquellos que edifican junto con uno el camino de la vida; de ahí que la pareja es esencial, pues con ella edificas.

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Como buena mujer latina, tengo una piel que parece de seda y una dulzura empapada de lujuria que puede resultarte ciertamente embriagante. No temas perder el sentido entre mis brazos. Estás en las manos adecuadas. Yo te mimaré. Yo recorreré tu cuerpo con mis labios y mis manos. Yo haré que te olvides de todo cuanto no sea gozar. Lo que no voy a poder evitar, mi amor, es que te enamores de mí. No te preocupes: les pasa a todos los hombres que tienen la dicha de recorrer mis curvas con sus manos. Yo, como reina del placer que soy, tengo amor, caricias y besos para todos. ¿Vienes a buscar tu ración? No la cambies. Déjala ser tal cual como es, no la juzgues en su manera de ser o bien de actuar, aun no la presiones a mudar sus hábitos de irresolución, ya que esa es su zona de confort. Por el contrario, muéstrale otras opciones para que pueda valuar las alternativas y de este modo vas a poder ayudarla sin presionarla y ella lo agradecerá Si se alarga la cosa, afirmaba la muy zorra. De momento, lo que se estaba prolongando allá era mi polla. Y de una forma exagerada. La sentía, dura bajo el calzoncillo, procurando hallar una vía de escape. Su reclamación era urgente y no admitía prórrogas. Cuando llegase a mi casa no podría evitarlo. Me tumbaría sobre la cama, desnudo, sacaría del cajón de la mesita a la noche el cilindro de lubricante y, tras embarrarme la palma de la mano, apagaría la luz y me la menearía lenta y calmadamente como había aprendido a hacerlo de un tiempo a esta parte. Con la yema de los dedos acariciaría mi frenillo. Tomaría la punta de mi rabo y con los dedos girando alrededor de él, lo haría temblar de placer. Haría subir y bajar mi mano de manera lenta, acompasándola a mi respiración, durante toda mi polla. Tal vez hasta juguetearía con uno de mis dedos dibujando circulitos alrededor de aquel agujero que mis nalgas escondían y que desde no hacía mucho había aprendido a estimular y que siempre y en toda circunstancia agradecía con un estremecimiento tímido y sensible aquel roce suave que mis dedos dejaban sobre él mientras se iba acelerando la llegada del momento en que mis testículos, contrayéndose espasmódicos, lanzaban al aire la semilla blanquecina de mi semen.

Tesi 19 años: ¿es cierto que en ee,uu, se circuncida a todos los varones?

Se han descrito más de 30 comestibles con poderes sexuales, mas el café ha ocupado lugar preferente en la literatura de la Asociación Americana de Urología, sobre todo al saber que la sustancia tonificante del café, la cafeína, es exactamente el precursor de los tratamientos modernos de la impotencia. La cafeína es un inhibidor inespecífico de las enzimas fosfodiesterasas, por lo que puede progresar, similar a como lo hace el sildenafil, el interés sexual y la potencia peniana. Recordemos concisamente la historia. El árbol de café tiene su centro de origen en la lejana Abisinia, la actual Etiopia, en el Nororiente de África. La historia de leyenda dice que un pastor de Abisinia, llamado Kaldi, observó una tarde que sus cabras se portaban de forma extraña, corriendo y dando saltos como locas, después de comer los cogollos de unos arbustos que generaban frutos colorados. Kaldi llevó unas muestras de hojas y de frutos a un monasterio, donde los frailes por curiosidad pusieron a cocinar las hojas. Al probar la bebida, la encontraron de tan mal sabor, que lanzaron a la fogata los frutos que quedaban en el recipiente. Los granos conforme se quemaban, despedían un agradable aroma. Fue conque a uno de los monjes se le ocurrió la idea de preparar la bebida usando los granos torrados. Parece que las tribus africanas, que sabían del café desde la antigüedad, molían sus

Ni es un pecado ni es un vicio

Tengo por nombre Bruna y soy una espectacular acompañante de gran lujo brasileña que acaba de llegar a tu país con ganas de vivir un montón de nuevas experiencias. Me gustaría compartirlas con caballeros educados, de trato amable y que sepan disfrutar de la vida. Mi personalidad desborda de dulzura, cariño, simpatía y pasión. Son muchos los que se enamoran de mi sonrisa lumínica, la sensualidad de mis gestos, el tono color canela de mi piel y la calidez de mi compañía. Terminado este desahogo, era el instante del romanticismo y las ilusiones. Retornaban a su inmaculada adolescencia y soñaban con el hombre perfecto que según parece nunca les había llegado ni, les llegaría. Lo más próximo al hombre perfecto era para ellas cerrar los ojos e imaginar que los galanes de las telenovelas se materializaban y las abrazaban fuertemente pidiéndoles en simultáneo matrimonio. En esos momentos se les reflejaba paz en el alma, creo que por unos segundos eran felices o algo de este modo. Uno como hombre a veces no entiende esas cosas, pero sus rostros transmitían la cúspide de un sentir, si bien sea por unos segundos y aunque sea falso. Cuando abrían los ojos la magia terminaba y retornaban a sus tareas.

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Imaginemos que hemos decidido acudir a la consulta, la que puede estar ubicada en un domicilio particular (cada vez más frecuentemente) o bien en un centro en el cual se den otras terapias relacionadas con la salud. Gran parte de ese sentimiento de culpabilidad (quizás todo) me lo había inyectado la cultura recibida. Me sentía culpable pues absolutamente nadie me había enseñado a meditar que tenía todo el derecho del mundo a ser feliz, asimismo, y de manera especial, físicamente. Y la felicidad, ahora lo sé, no tiene por qué ser sólo unos hijos corriendo por el salón o un puesto determinado o una pareja que te afirme frecuentemente que te quiere y que te mime cuando tengas malos días. La dicha es asimismo y sobre todo, cuando menos para alguien que sea como , que en ocasiones te creas a punto de aloquecer de placer, que sientas con determinada regularidad cómo la piel se te vuelve al revés y cualquier caricia hace reventar dentro de ti una traca de sensaciones que, encadenadas y de la mano, terminan llevándote hacia el territorio alucinante del orgasmo completo, de ese instante de crispación absoluta que te absuelve del peso de la memoria y te sumerge en la niebla del olvido de todo lo que no sea tu cuerpo.